Hoy antes de las 8:00 estábamos en Aiguafreda
Juanky, Púas y yo, preparados esta vez
para otra rutita endurera, el GR-5, lo que nos significa esta vez subir
desde Aiguafreda hasta el Collet de Sant Martí, lo que es lo mismo que la base
de Tagamament. Arrancamos algo pasado las 8:00, hoy subiríamos por el lado de
l´Avençò, donde prácticamente empezar hacemos alto en el camping del mismo
nombre para que Púas llenara el Camelbak, reanudamos nuestro largo ascenso
pasando por el Plà de Llobins, para mas tarde pasar al lado de una Cantera y
allí seguir subiendo hacia La Carena del Bellit. Al llegar a esta altura nos
paramos para hacer una foto, dejando como fondo el Tagamament, menos mal que Juanky
se ha llevado la cámara porque gracias a ello tenemos documentación grafica.
Puas yo y Juanky |
Continuamos nuestro ascenso, que de momento no
estaba siendo una subida dura, pero llevando una hora de ascenso se empieza a hacer pesada,
menos mal que cachondeo nunca nos falta y hacemos mas amenas las subidas,
pasando el Plà de les Vaques, antes de llegar al Bellit y con mas de una hora
de subida nos desviamos a la derecha hacia el Plà de la Llacuna, aquí nos
encontraríamos un tramo de unos 600 metros con las rampas mas duras de la
salida. Poco a poco y con empeño las hemos pasado y por fin nos hemos plantado
en el Plà de la Llacuna, donde tras un kilometro de rápido bajada por pista
pasando por l´Alzina de l´Estany nos paramos a la altura de la Creu de
l´Augustí, para cumplir con el obligatorio tramite de reponer fuerzas.
Ya con el bocadillo en la mano, Púas nos
sorprende sacando tres Birras bien fresquitas de la mochila, es una de las
razones que dejamos que venga con nosotros, y aprovechamos para hacernos unas
fotitos.
Ya con las fuerzas renovadas cogemos un
senderito para recortar algo de pista mientras nos dirigimos hasta el
Restaurante El Bellver, donde empezamos a trialerar los primeros 100m del Gr-5.
Ya en el Collet de Sant Martí empezamos en lo que propiamente llamamos el Gr-5,
gas a fondo, como siempre dejamos a Juanky primero que nos lleva de volandas
Gr-5 abajo mientras nos va cantando los entresijos de la bajada, salto,
derecha, turrón, hasta que se queda enchufado por una mala elección de la
trazada, pasando yo a abrir bajada hasta que me paro en un tramo donde no lo
veo claro al principio, tras un vistazo rápido vemos claro el paso y le
tiramos. Esto nos ha pasado un par de veces más, como es normal cuando bajas
por un sitio desconocido o poco usual. La bajada era novedad para Juanky, no como para mí y Púas ya que habíamos
venido hace algo mas de un año, pero en esta ocasión particularmente para mí ha
sido mas placentera ya que la otra vez fui con la rígida endurera, endurera
pero rígida y la verdad, nada que ver.
Explicar la bajada sería una tarea un tanto
ardua y complicada, pero a grandes rasgos hay mucho turrón, tramos bastante rápidos,
raíces con mala leche, cortaditos muy accesibles, tramos mas técnicos y sobre
todo mucho disfrute que te deja un gran sabor de boca, en su momento salvando
las distancias, por ciertas similitudes Púas y yo la apodamos “Papi Moro”. La
lastima es que todas las buenas bajadas se acaban y dan la sensación que demasiado
pronto, pero ha merecido la pena el madrugón, el viaje, la subida cansina, los
rampotes y a mis compis aguantarme. La parte menos buena ha sido no poder
disfrutarla bajada con Dani y Edu ya que están lesionados, pero cuando se
recuperen repetiremos.
Y como colofón rematamos la mañana en la plaza
de Aiguafreda con unas birras y unas bravas, final perfecto para día perfecto